jueves, 28 de enero de 2016

ROOM


Room - Lenny Abrahamson - Irlanda
8/10

Después del visionado de esta película es imposible no recordar aquel dicho de 'las mejores esencias se guardan en frascos pequeños', y es que con esta película se cumple totalmente. Dirigida por el irlandés  Lenny Abrahamson, 'Room' está basada en la novela homónima de Emma Donoghue del mismo título, siendo además la propia Donoghue la encargada de firmar el guión. Timidamente y sin apenas hacer ruido, 'Room' empezó su carrera en el prestigioso festival de Toronto, recibiendo estupendas críticas en medios especializados y obteniendo el mayor premio del festival por votación popular. Desde ese momento se supo que esta pequeña película daría mucho que hablar a lo largo de la temporada, tanto que después de haber recogido multitud de galardones, a día de hoy la podemos ver nominada a cuatro premios Oscar, incluyendo película y director, todo un logro para una película que parecía destinada a no salirse del limitado circuito independiente. Protagonizada por Brie Larson y Jacob Tremblay, la película nos cuenta el drama de una madre y su hijo confinados en una pequeña habitación en la cual han permanecido más de cinco años. Sin duda 'Room' es una película que sabe como conquistar al gran público, sabiendo conjugar el drama llevado por terrenos adorables con arriesgadas salidas que la dotan de un punto de valentía aplaudible.



Podríamos decir que la película tiene dos partes muy bien diferenciadas, la primera parte que desarrolla el encierro de los protagonistas, que es cruda, intrigante e intensa, y una segunda parte bastante más convencional, aunque también emotiva y desgarradora. Sin duda la primera parte está más conseguida a todos los niveles, pero la segunda se antoja totalmente necesaria, ya que precisamente la construcción de la primera parte permite a la segunda disfrutar del convencional melodrama post-trauma a otro nivel, logrando que haya toda una evolución de sus personajes y haciendo palpables todos los temores de los protagonistas. Hay que destacar que hasta que no pasamos de la primera hora de duración no veremos a más personajes a parte de la madre, el hijo y el secuestrador (inquientante interpretación de Sean Bridgers que logra mantenerte en tensión pese a la brevedad de su papel), algo totalmente sorprendente y meritorio, porque en este primer tramo es donde conectas con el tono de la película y captas la personalidad de los protagonistas, en el que los veremos convivir en una pequeña habitación sin más compañía que algunos muebles y un televisor. Momentos en los que el personaje de Larson construye con gran originalidad e ingenio un mundo irreal para su hijo, para que no sienta la angustia de estar continuamente viviendo entre cuatro paredes las veinticuatro horas del día, además de que no perciba temor alguno, sobre todo cuando el personaje de Bridgers entra en escena. La dirección es acertada y conserva la suficiente fuerza como para destacar entre las producciones más pequeñas, aunque en términos generales parece que todo el talento de Abrahamson se quedó en su mayoría en la primera hora de película. En cuanto al guión, dejando al margen la lograda evolución de los protagonistas, quizá pasa un poco de puntillas en varias situaciones, sobre todo en la trama que incumbe a los padres de la protagonista, con momentos forzados o poco creibles, pero que en general no lastra el desarrollo de la historia central.


Un punto y aparte meceren los dos protagonistas principales, por un lado a Larson, que domina perfectamente cada matiz de su personaje y sabe cómo traspasar el umbral de la pantalla y convertir la vida de su personaje en una experiencia vital para el espectador, y por otro al joven Tremblay, que está realmente soberbio con un dominio de los recursos dramáticos ejemplar, dejando atrás la tipica interpretación infantil típica de Disney Channel, él va más allá y le otorga a su personaje una madurez impropia en un actor de su edad, sencillamente una de las mejores interpretaciones masculinas del pasado año. La fotografía y banda sonora también juegan un papel muy importante en la película, en el caso de la fotografía dotando a cada fotograma de un claro tono azulado, más oscuro en la primera mitad y más luminoso en la segunda, y una banda sonora que en la segunda mitad abandona el aire onírico para tornarse menos ampulosa, más áspera. Cinematográficamente hablando la película no tiene nada innovador, no hay grandes escenas o planos secuencia que admirar, el aparente tono oscuro y claustrofóbico en realidad no es tan duro y la cantidad de sensibilidad que puede aportar para algunos podría haberse quedado a medio camino, sin embargo, hay algo verdaderamente mágico en esta película que va más allá de lo técnico, 'Room' es una experiencia increiblemente emocional, una película que hace que empatices con sus protagonistas como pocas lo logran, haciendo que en su emotiva escena final sientas un nudo en el estómago y sepas que has acabado de ver algo que va a quedar en tu cabeza por mucho tiempo.

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