En la más profunda oscuridad de una sala a rebosar se proyecta un film del que poco o nada sabemos. Las únicas referencias son el póster, los fotogramas situados en el vestíbulo, el breve trailer (si hemos tenido la suerte de verlo) y algún comentario en periódicos o revistas. Prácticamente vírgenes de información y sin spoilers de por medio, nos entregamos en cuerpo y alma a la historia que se nos narra, sin distracciones de ningún tipo, sin smartphones ni internet, descubriendo esa magia especial del primer visionado en una experiencia totalmente desintoxicada de críticas o alabanzas ajenas.
Así eran los años 80. Una época dorada en la que muchos quedamos prendados de aquel encanto tan peculiar que poseían todas aquellas películas. Una década donde las colas en los cines daban la vuelta a la manzana; donde abundaban las salas de reestreno con modalidad sesión doble en las que podíamos repetir cuantas veces quisiéramos o empezar viendo la primera película por la mitad y completar luego esos minutos que nos habíamos perdido; donde nos pasábamos horas y horas en los videoclubs mirando carátulas, charlando y decidiendo qué cinta alquilar; donde un simple rebobinado generaba alta expectación; donde esperábamos ansiosos a un pase televisivo para poder grabar la película en una cinta VHS o Beta; donde nació nuestro amor absoluto por el cine.
La exhibición cinematográfica por aquel entonces era indudablemente mucho más rica, estimulante y variada que la actual. Echabas un vistazo a la cartelera y el mosaico de opciones daba gusto. Todo se vivía de otra forma y la proyección representaba todavía una experiencia colectiva. Y aunque la llegada del vídeo, como en su día la televisión, había perjudicado un poco al sector, las salas de barrio seguían siendo las reinas gracias a las generosas ventanas (tanto de alquiler como de venta) y a la –por lo general- baja calidad audiovisual que ofrecían las cintas en comparación con la espectacularidad de los cines y teatros.
Por el contrario, hoy en día se ha perdido gran parte del carisma y la personalidad en los cines. Hay demasiadas multisalas clónicas, carentes de ambiente y que más bien podrían definirse como una extensión de nuestro salón particular. Además, en la era de Internet, se peca de exceso de información, de trailers que destripan películas, de noticias y fotos constantes, de filtraciones (sobre todo desde convenciones especializadas) e incluso de revistas y programas de radio que bordean constantemente el spoiler. Todo ello degenera notablemente la experiencia primigenia que el espectador pueda tener con un film. Por suerte en los últimos años han surgido proyectos como Phenomena que intentan recuperar el ambiente añejo y potenciar la experiencia colectiva con valor añadido, y a la vez también han resucitado salas como el mítico cine Texas que apuesta por una oferta que combina títulos de calidad a precios populares con algunas sesiones esporádicas en modalidad maratón.
Desde Bloodstab queremos rendir tributo a una época irrepetible con una serie de películas que merecen ser reivindicadas y revisadas desde el cariño aunque también desde el criterio. Algunas habrán envejecido peor que otras, de eso no cabe duda, pero es innegable que siguen conservando aquel encanto especial. Dentro de Retro 80 encontramos un poco de todo: viajes temporales que ya forman parte del imaginario colectivo en la obra maestra de Robert Zemeckis y Bob Gale ('Regreso al futuro'); la particular cinta de aventuras claramente inspirada en El Hobbit a cargo de Ron Howard y George Lucas ('Willow'); la comedia sci-fi con robot plasteta que arrasó en los videoclubs ('Cortocircuito'); el policíaco futurista ácido y violento ('Robocop'); la magnífica opera prima de los Coen ('Sangre fácil'); la estéticamente fascinante incursión en el género de espada y brujería por parte de Ridley Scott ('Legend'); la comedia de enredos y aventuras juveniles que -debido a su éxito- sirvió de hoja de ruta para la posterior y no menos genial 'Solo en casa 2', también de Columbus ('Aventuras en la gran ciudad'); y un Walter Hill en estado de gracia que convierte a los pantanos de Lousiana en una especie de Vietnam ('La presa').
Una pequeña e interesante selección de lo mucho que ofrecieron al espectador aquellos inolvidables 80.
Robocop - Paul Verhoeven - Estados Unidos
8/10
Como cambian los tiempos, cuando era pequeño, en los ochenta, cualquiera podía ver una película no recomendada a menores de 18 años, era algo más normalizado, muestra de ello es cuando fui a ver 'Robocop' con mi padre. Por aquella época todavía había sesión continua, en el cartel estaban 'Robocop' y 'Los señores del acero' (Flesh and Blood) echándolas continuamente y alternando una con la otra. Nos vimos las dos del tirón, probablemente todos los problemas de inestabilidad mental/afectiva que tengo vengan de estas cosas, eso sí, la mayoría de los compis de clase también la vieron, porque recuerdo hablar de la película con ellos en los recreos. Pero bueno, que yo he venido aquí a hablar de mi Robocop. El filme de Paul Verhoeven es una muestra de como la hiperviolencia bien tratada puede dar auténticas obras maestras, que sí, que es un blockbuster más o menos al uso pero en el se tratan temas económicos, éticos y sociales que hoy día están de plena actualidad como por ejemplo la privatización de los servicios públicos (hay que tener en cuenta que Robocop es un producto de la empresa OCP que controla los recursos de la policía). Alex Murphy (Peter Weller) es un policía brutalmente asesinado nada más llegar al departamento de Detroit por una banda de delincuentes, su cuerpo es utilizado para el proyecto Robocop, un policía mitad máquina mitad humano capaz de encargarse de cosas que otros no podrían, pero aunque han borrado la memoria de Murphy, Robocop al encontrarse casualmente con uno de sus asesinos irá recobrando esta poco a poco y perseguirá a la banda que lo mató. La película es un clásico instantáneo, ya solo el diseño de Robocop me parece una pasada, esa imagen de él saliendo del coche es imponente, esa manera de sacar la pistola de la cartuchera, la forma de moverse e incluso el sonido de sus pasos, la expresividad que muestra el actor teniendo en cuenta que solo se le ve la parte baja de la cara, labios y barbilla: todo de 10. Luego tenemos una historia bien hilada, nada excesivamente complejo, pero salpicada de esos toques de humor negro que tanto gustan al director holandés, como los anuncios de la tele que vamos viendo a lo largo de la película, que enmarcan perfectamente el tipo de sociedad decadente que habita este futurista Detroit. Y volvemos al tema de la violencia, porque 'Robocop' tiene escenas brutales en este aspecto, la de la muerte de Murphy es eso, brutal en su más amplio espectro, u otra en la que a un tipo se le cae un contenedor de ácido encima y va por ahí con la piel cayéndosele y pidiendo ayuda y de repente un coche le atropella haciéndole puré (escena inolvidable) o incluso el aspecto del propio Robocop cuando se quita el casco es bastante perturbador. En cuanto a efectos especiales, para la época eran una pasada y a día de hoy aunque se nota el paso del tiempo, no están nada mal, por ejemplo el robopolícia antagonista, el 'ED-209', un robot bípedo grandote está hecho con técnicas de stop motion no canta excesivamente a pesar de estar hecho con una técnica ya obsoleta, por cierto me encantan las dos escenas que protagoniza este engendro mecánico, otra muestra de lo que le gusta al bueno de Verhoeven el humor negro. Y esa es la receta ochentera que os recomiendo: hiperviolencia futurista de toque ciberpunk aderezado con crítica social, un poco de western y sazonado con humor negro.
Adventures in Babysitting - Chris Columbus - Estados Unidos
6.5/10
Chris (Elisabeth Shue), tras quedarse compuesta y sin novio, acepta pasar la noche ejerciendo labores de canguro. Así, se tendrá que encargar de vigilar a Sara (Maia Brewton) y a su hermano adolescente Brad (Keith Coogan) y, de rebote, a Daryl (Anthony Rapp) amigo de éste último. Tras recibir una llamada de su amiga Brenda, perdida sin gafas en Chicago tras fugarse del hogar, deberá acudir en su ayuda. Así comienza esta simpática película de aventuras urbanas dirigida por Chris Columbus ('Home Alone', 'Bicentennial Man', 'Harry Potter and the Sorcerer's Stone' o la reciente 'Pixels'). Será su ópera prima y establecerá las bases de este cine infantil 'columbiano' que elevaría a su máxima expresión en 'Solo en Casa'. Elisabeth Shue, a la que ya conocíamos de 'Karate Kid' y de la terrorífica 'Link', debuta, y se luce, como protagonista. Es la primera, y casi la única vez, que lleva la voz cantante, canalizando toda la acción del film, y no haciendo la veces de mero adorno del macho alpha del film (véase las secuelas de 'Back to the Future' o incluso 'Cocktail'). No será hasta 'Leaving Las Vegas' donde, aunque en un rol totalmente distinto, la veremos volver a brillar. Del resto del reparto cabe destacar a Maia Brewton, la joven Sara, a la que años más tarde la vimos interpretando a la odiosa hermana de Parker Lewis ('Parker Lewis Can't Lose'). Será por Sara por lo que guardo tan buen recuerdo de este film, pues siendo lector de cómics como lo soy, fue toda una revelación descubrir que el personaje en cuestión era toda una fan del Thor de Marvel (algo que aunque parezca muy común hoy en día, no lo era tanto en los años '80). De hecho el propio Thor, o un trasunto de él, hará su aparición en la película encarnado por… ¡Vincent D'onofrio! En fin, entrañable película ochentera de aventuras sin mayores pretensiones que hacernos pasar un buen rato (cosa que consigue con creces) y de la que se prepara un remake, en versión televisiva, para este mismo año.
6.5/10
Chris (Elisabeth Shue), tras quedarse compuesta y sin novio, acepta pasar la noche ejerciendo labores de canguro. Así, se tendrá que encargar de vigilar a Sara (Maia Brewton) y a su hermano adolescente Brad (Keith Coogan) y, de rebote, a Daryl (Anthony Rapp) amigo de éste último. Tras recibir una llamada de su amiga Brenda, perdida sin gafas en Chicago tras fugarse del hogar, deberá acudir en su ayuda. Así comienza esta simpática película de aventuras urbanas dirigida por Chris Columbus ('Home Alone', 'Bicentennial Man', 'Harry Potter and the Sorcerer's Stone' o la reciente 'Pixels'). Será su ópera prima y establecerá las bases de este cine infantil 'columbiano' que elevaría a su máxima expresión en 'Solo en Casa'. Elisabeth Shue, a la que ya conocíamos de 'Karate Kid' y de la terrorífica 'Link', debuta, y se luce, como protagonista. Es la primera, y casi la única vez, que lleva la voz cantante, canalizando toda la acción del film, y no haciendo la veces de mero adorno del macho alpha del film (véase las secuelas de 'Back to the Future' o incluso 'Cocktail'). No será hasta 'Leaving Las Vegas' donde, aunque en un rol totalmente distinto, la veremos volver a brillar. Del resto del reparto cabe destacar a Maia Brewton, la joven Sara, a la que años más tarde la vimos interpretando a la odiosa hermana de Parker Lewis ('Parker Lewis Can't Lose'). Será por Sara por lo que guardo tan buen recuerdo de este film, pues siendo lector de cómics como lo soy, fue toda una revelación descubrir que el personaje en cuestión era toda una fan del Thor de Marvel (algo que aunque parezca muy común hoy en día, no lo era tanto en los años '80). De hecho el propio Thor, o un trasunto de él, hará su aparición en la película encarnado por… ¡Vincent D'onofrio! En fin, entrañable película ochentera de aventuras sin mayores pretensiones que hacernos pasar un buen rato (cosa que consigue con creces) y de la que se prepara un remake, en versión televisiva, para este mismo año.
Legend - Ridley Scott - Estados Unidos
6/10
'Legend' fue la 5ª película de Ridley Scott, algo atípico después de filmar de manera seguida 'Alien' y 'Blade Runner'. Dicen que la realizó buscando algo mas relajante y tranquilo después de aquello. Es muy parecida a otras de la época. Los 80 estuvieron llenos de películas maravillosas de fantasía como 'The Princess Bride', 'Labyrinth' o 'Willow'. Tiene una ambientación increíble y una estética preciosa y apabullante para la época. Junto a esto, podemos encontrar a un jovencísimo Tom Cruise y al más malvado de todos, Tim Curry. No fue tan productiva como se esperaba, costo más de lo que se recaudo en total por ella. Los actores, a excepción de Cruise y Mia Sara, llegaron a pasar toda la mañana en maquillaje llevando hasta 12 piezas de prótesis y Curry llegaba a 6 horas diarias al ser el cuerpo entero. La historia comienza con Lili (Sara) una joven princesa a la que le gusta pasear por el bosque encantado junto a Jack (Cruise). Mientras, el Señor de las Tinieblas (Curry) ordena al duende más malvado de todos, Blix (Alice Playten), que debe acabar con los dos seres que representan la inocencia y la pureza para poder sumir el mundo entero en la completa oscuridad. Después el Señor de las Tinieblas, secuestra a Lili para que sea su reina. Cuando parece que todo se ha acabado y que el Señor de las Tinieblas va a salirse con la suya, Jack, se une a sus amigos los duendes para acabar con la oscuridad que empieza a rodear todo. El papel de Jack, fue ofrecido a Jhonny Depp, Robert Downey Jr. y Jim Carrey antes de que llegara a manos de Tom Cruise. Scott redujo la película de 150 a 98 minutos tras los primeros visionados privados, se sospecha que la razón era que inducida al consumo de drogas. Scott también confeso que se había inspirado en el vídeojuego de Zelda y en famosas películas de Disney como 'Blancanieves', 'Fantasía' o 'Bambi'. Los efectos especiales de la película y la caracterización están realizados de la mano de Rob Bottin que ya tenia contrato para realizar 'The Thing' de Carpenter. Bonita película de fantasía, de historia plana y sin mucha vida, pero que recomiendo fervientemente a los nostálgicos de la época.
5.5/10
De la mano del polifacético John Badham, director de pelis tan dispares como 'Saturday Night Fever', 'Dracula' o 'War Games', nos llegó en pleno 1986 esta simpática comedia de ciencia ficción llamada 'Short Circuit' (Cortocircuito). La película nos cuenta la historia de Número 5, un prototipo de robot creado en una fábrica de electrónica experimental donde ha sido construido con fines militares, de la cual logra escapar tras haber sido impactado por un rayo alterándole todo su programa. En su huida acabará conociendo a los personajes de Stephanie (Ally Sheedy) y Newton (un insoportable Steve Guttenberg), que acogerán al robot y lo protegerán frente a las garras del militar Skroeder (G.W. Bailey). Nos encontramos con una de las películas más populares y queridas de la década de los 80, dentro del género juvenil, la cual en su momento llegó a cosechar un gran éxito entre el público, tanto que solo dos años después apareció su secuela 'Short Circuit 2' (Cortocircuito 2). Como ya se puede imaginar por su argumento, estamos ante una película totalmente blanca y apta para todos los públicos, hasta el punto de que por momentos puede parecer una película enteramente infantil, sobre todo con escenas como la del primer encuentro entre Número 5 y Stephanie, en la que esta cree que el simpático robot es un extraterrestre venido del espacio. Con una historia de lo más simple, unas interpretaciones bastante irregulares y un acabado técnico de lo más olvidable, ¿cómo pudo en su momento esta película causar tanto furor?, pues la respuesta está en Número 5 (o Johnny 5 como más adelante se bautizaría), que es el alma de la cinta, un robot con un carisma arrollador y un diseño de lo más acertado, diseño que por cierto fue fuente de inspiración para los de Pixar y su 'Wall.E' años más tarde. Y es que la gracia de la película está en ver al sofisticado robot en situaciones de la vida diaria para las que no está preparado, ya que como buen robot militar que es, no entiende para qué sirven la mitad de cosas cotidianas que hay en una casa, por lo que podemos verle trastear con todo ante su continuo asombro, hasta intentando cocinar mientras sigue las instrucciones de un programa de televisión, y que decir de la escena en la que el robot ve desnuda a la protagonista, uno de los momentos más divertidos de la película. En definitiva, todo el encanto de la película radica en el entrañable robot y todo lo que tiene que ver con él: sus situaciones disparatadas, el enfrentamiento con sus 'hermanos', su búsqueda de datos..., siendo la trama de los militares la menos conseguida y la que despierta menos interés en el espectador. Cine familiar ochentero, que combina la ciencia ficción, la comedia y la aventura con más o menos acierto, con un protagonista mecánico que harás las delicias de los más pequeños y que a día de hoy sigue siendo muy recordado.
Willow - Ron Howard - Estados Unidos
7.5/10
'Willow' es una de las muestras del buen cine de aventuras y fantasía que se hizo en la década de los 80. Hoy en día se ha perdido la autenticidad que desprendían estas cintas. Las pantallas verdes y los efectos digitales, muchas veces de mala calidad y excesivos, han matado el buen sabor de boca que te dejaba este tipo de cine al salir de una sala. La mayoría de las producciones actuales ya no están rodadas en escenarios naturales, hoy casi todo se rueda en estudio y con la ayuda de la tecnología, y pierde todo el encanto y la personalidad que transmitían las películas de los 80. Junto con 'Lady Halcon', 'Legend', los Conan de Schwarzenegger, 'Highlander', 'The Princess Bride' o la maravillosa 'Excalibur', entre otras, 'Willow' esta en este selecto grupo de cine medieval de aventuras con toques fantásticos que tanto nos hizo disfrutar en los 80, y que en mi caso coincidió con mi infancia/adolescencia y de las que guardo un recuerdo magnífico. 'Willow' nos cuenta como la malvada reina Bavmorda (Jeanne Marsh) intenta eliminar a una niña que una prisionera ha dado a luz en sus mazmorras y que según una antigua profecía acabara con su reinado. La comadrona intentara salvarla, pero en el último momento no tendrá mas remedio que dejar a la niña en el río y que a esta se la lleve la corriente hasta un poblado de enanos, donde el valiente Willow (Warwick Davis) decidirá protegerla. Y aquí empieza la aventura. En esta película se unen tres de los grandes nombres del cine de final del siglo XX, Ron Howard en la dirección, George Lucas en el argumento (el guión es de Bob Dolman) y el recientemente fallecido James Horner en la partitura. No es su mejor trabajo porque es muy difícil que los sea, ya que estos tres señores han hecho autenticas maravillas,pero el conjunto funciono muy bien en su momento, y 'Willow' fue éxito que catapulto al entonces sex-symbol Val Kilmer (como han cambiado las cosas) a ser un de los actores de moda en Hollywood. A pesar de no ser su cinta mejor dirigida, Ron Howard consigue que esta divertida y heroica aventura tenga esa magia especial que destilaba este tipo de películas ochenteras. El ritmo es trepidante durante todo el metraje y la historia es realmente muy imaginativa, no en vano salio de la mente del creador de 'Star Wars', George Lucas, todo manido con la gran banda sonora de Horner y unos actores que encajan a la perfección en sus papeles, hacen de 'Willow', un clásico de los 80 y del cine de aventuras y fantasia. A la película solo se le nota el paso de los años en lo que a los efectos digitales se refiere, a pesar de que en ese año, 1988, estuvo nominada al Oscar a los mejores efectos visuales. En este aspecto el cine evoluciona muy rápido. 'Willow' no es una película perfecta, ni lo pretende, es para disfrutarla con nostalgia de nuestra adolescencia y de un cine que tristemente creo que no volverá, y en eso espero equivocarme.
Back to the Future - Robert Zemeckis - Estados Unidos
9/10
Con los años, y con los repetidos visionados de ciertas películas predilectas,empiezas a preguntarte que parte de su argumento consigue constantemente atraer tu atención o que elemento de ella te es mas afín emocionalmente. Cuando vi 'Back to the future' la primera vez lo intuí, y pasados los años lo tuve muy claro,por descontado no puedo negar que viajar en el tiempo no sea un recurso narrativo lo suficientemente atractivo para cualquier espectador, sin embargo, he llegado a la conclusión que el centro gravitatorio por el que esta película me gusta tanto es por la posibilidad que tiene su protagonista de conocer a sus padres 30 años antes cuando eran jóvenes. Supongo que es algo que todos hemos pensado alguna vez...¿como eran mis padres en sus juventud? ¿nos llevaríamos bien? ¿en que me parezco a ellos?, pero la cuestión no terminaba ahí. Los guionistas practicaron la premisa de ¿y si...? y si además de conocer a tus padres se la circunstancia de que tu propia madre se sienta atraída por ti antes que por tu padre debido a un accidente que pondría en peligro tu propia existencia, entonces aquello se convertía en una excitante carrera contrarreloj. Por supuesto que no veo nada en los padres de Marty que sea un reflejo de los mios en lo que a personalidad o carácter se refiere, pero mi imaginación se dejo llevar por la propuesta. Aún así, no puedo dejar de reconocer que una persecución en monopatín que acaba enterrando en estiércol al matón de Biff Tannen, o que interpretar a Chuck Berry como si fueras Angus Young antes de que el rock and roll hiciera su aparición frente a una juventud que se preparaba para una explosión de cultura popular, no dejaran a un niño como yo realmente alucinado, y para quien las producciones de Spielberg ya eran cita obligada y empezaba a formar parte de mi ADN emocional. Y por supuesto están Marty Mcfly y Doc Brown, ellos son 'Back to the future' y su razón de ser, pocas veces una pareja tan heterodoxa nos hizo creer a todos nosotros que un tipo de cine como este, al único lugar a donde nos pueden llevar...no necesita carreteras.
9/10
Con los años, y con los repetidos visionados de ciertas películas predilectas,empiezas a preguntarte que parte de su argumento consigue constantemente atraer tu atención o que elemento de ella te es mas afín emocionalmente. Cuando vi 'Back to the future' la primera vez lo intuí, y pasados los años lo tuve muy claro,por descontado no puedo negar que viajar en el tiempo no sea un recurso narrativo lo suficientemente atractivo para cualquier espectador, sin embargo, he llegado a la conclusión que el centro gravitatorio por el que esta película me gusta tanto es por la posibilidad que tiene su protagonista de conocer a sus padres 30 años antes cuando eran jóvenes. Supongo que es algo que todos hemos pensado alguna vez...¿como eran mis padres en sus juventud? ¿nos llevaríamos bien? ¿en que me parezco a ellos?, pero la cuestión no terminaba ahí. Los guionistas practicaron la premisa de ¿y si...? y si además de conocer a tus padres se la circunstancia de que tu propia madre se sienta atraída por ti antes que por tu padre debido a un accidente que pondría en peligro tu propia existencia, entonces aquello se convertía en una excitante carrera contrarreloj. Por supuesto que no veo nada en los padres de Marty que sea un reflejo de los mios en lo que a personalidad o carácter se refiere, pero mi imaginación se dejo llevar por la propuesta. Aún así, no puedo dejar de reconocer que una persecución en monopatín que acaba enterrando en estiércol al matón de Biff Tannen, o que interpretar a Chuck Berry como si fueras Angus Young antes de que el rock and roll hiciera su aparición frente a una juventud que se preparaba para una explosión de cultura popular, no dejaran a un niño como yo realmente alucinado, y para quien las producciones de Spielberg ya eran cita obligada y empezaba a formar parte de mi ADN emocional. Y por supuesto están Marty Mcfly y Doc Brown, ellos son 'Back to the future' y su razón de ser, pocas veces una pareja tan heterodoxa nos hizo creer a todos nosotros que un tipo de cine como este, al único lugar a donde nos pueden llevar...no necesita carreteras.
Southern Comfort - Walter Hill - Estados Unidos
7/10
Blood Simple - Cohen Brothers - Estados Unidos
8.5/10
El saco donde elegir una película para este especial es tan profundo que uno se puede perder entre la nostalgia y los recuerdos que les traen muchas cintas producidas en aquella mágica década. Sin ir mas lejos, me ha pasado a mi. Y en esa duda que suponía seleccionar tan solo una de ellas llegue al visionado de 'Blood Simple', la opera prima de los hermanos Cohen. Estrenada en 1984, esta película paso totalmente desapercibida de mi inocente radar cinéfago en su momento, tenía 5 años, y como muchos otros, mi idilio con Joel y Ethan llegó mucho mas tarde con 'The Big Lebowski' y 'Fargo'. Decidirme entre la nostalgia de un clásico retro o 'Blood Simple' no ha sido fácil os lo aseguro, pero finalmente ha pesado mas la fascinación que me ha transmitido la primera película de los Cohen. Fascinación porque 'Blood Simple' esta escrita y dirigida de manera magistral para ser una opera prima consiguiendo transformar totalmente y otorgándoles elecciones contradictorias a lo esperado a los personajes base del cine negro. La excelsa sencillez del guión, que no simpleza, es uno de los grandes puntos fuertes de 'Blood Simple', su sinopsis reza lo siguiente: Ray (John Getz) trabaja para Marty (Dan Hedaya) y a su vez es el amante de su mujer, Abby (Frances McDormand). Marty contrata un detective privado (M. Emmet Walsh) para que los asesine a ambos. Nada mas señores, un simple adulterio, este es el argumento base de la opera prima de los Cohen, con esto y cuatro personajes los directores norteamericanos hilan una historia de cine negro sumamente sencilla, muy física y...negra, valga la redundancia. Se puede preveer cuales serán las acciones de estos personajes leyendo la sinopsis pero jamas acertaríais a adivinar que elecciones tomaran llegado el momento, nadie controla el destino de los personajes, ni ellos mismos ni los propios espectadores, esta máxima de los Cohen se ha seguido repitiendo en todas y cada una de sus producciones, los espectadores convertidos en investigadores, el investigador convertido en asesino, el que encarga el asesinato...y las supuestas víctimas...Todo un desmembramiento de personajes básicos del cine negro de los 40 y 50 reconstruidos a medida que la trama avanza y destrozan el glamour que los protegía en aquellas décadas haciéndolos despreciables, lejanos, sucios. Y lo bueno de 'Blood Simple' no termina ahí, la película tiene sutíles pinceladas de humor negor y alcanza incluso hasta cotas de thriller de terror por momentos, esa pala arrastrándose por el asfalto con el plano a pie de suelo...el arduo y solitario entierro o el tramo final casi paranormal con la luz atravesando los agujeros de bala y el terror reflejado en la cara de Abby que evoca a la magnifica 'Les Diaboliques'. Los homenajes, guiños e influencias a Hitchcock son tan palpables como ese encendedor parecido al de 'Strangers on a train' que usa el detective Visser sin olvidar planos que remiten directamente a clásicos del maestro como 'Vertigo', 'Psicosis' o 'Turn Curtain'. 'Blood Simple' tiene tantas capas donde rascar y extraer algo bueno que no ha sido sino con el paso de los años donde la opera prima de los singulares hermanos Cohen ha ganado en robustez y presencia, una presencia oscura y enrarecida como la de la atmósfera que se respira en los 96 minutos que dura, siempre de noche y durante 6 días la visión amarga de un pueblo solitario de la Texas mas rural y profunda donde un adulterio y posterior asesinato romperán la tranquilidad de la noche. Mentiras, celos y personajes llevados al extremo bajo una madrugada fotografíada por Barry Sonnenfeld y aderezada esporádicamente con la música que sutilmente pone Carter Burwell donde la melodía traza seis notas inolvidables y reconocibles con el paso del tiempo, pocas bandas sonoras tan cortas tienen el don de perdurar con el paso de los años en la mente de sus espectadores como lo hace esta. Guión fabuloso, interpretes en estado de gracia, una historia anclada a único y gran escenario como ese pueblo nocturno y solitario de Texas, ese aire independiente que rezuma la cinta...como dije al inicio, 'Blood Simple' no es la película mas nostálgica para recomendar de la década de los 80 y prácticamente paso desapercibida por muchos aficionados, como el que suscribe estas palabras, en su momento así que, no creo que haya otro mejor momento para recomendar a todo el mundo cinefago su visionado y a los fans del cine negro, recomendarla encarecídamente ya que es una obra perfecta, con una historia simple para adentrarse al cine negro y al extraño mundo que llevan creando los Cohen desde hace mas de 30 años. Para terminar quiero cerrar la critica con unos datos técnicos como es el capitulo 20 de la revista Red Harvest escrito por Dashiell Hammett de donde los Cohen toman prestado el titulo, 'Blood Simple', y también 'Double Indemnity' en el 34 y 'The Postman Always Rings Twice' en el 36 que servirían de inspiración a la hora de dar forma al guión. Como muchos sabréis, ambos relatos fueron llevados al cine diez años mas tarde, primero fue Billy Wilder en el 44 con 'Double Indemnity' y posteriormente Tay Garnett en el 46 hizo lo propio con 'The Postman Always Rings Twice'. Un remake libre de la película de los Cohen se estreno en 2009 dirigido por el asiatico Zang Yimou titulado 'San qiang pai an jing qi (A Woman, A Gun And A Noodle Shop)'.
8.5/10
El saco donde elegir una película para este especial es tan profundo que uno se puede perder entre la nostalgia y los recuerdos que les traen muchas cintas producidas en aquella mágica década. Sin ir mas lejos, me ha pasado a mi. Y en esa duda que suponía seleccionar tan solo una de ellas llegue al visionado de 'Blood Simple', la opera prima de los hermanos Cohen. Estrenada en 1984, esta película paso totalmente desapercibida de mi inocente radar cinéfago en su momento, tenía 5 años, y como muchos otros, mi idilio con Joel y Ethan llegó mucho mas tarde con 'The Big Lebowski' y 'Fargo'. Decidirme entre la nostalgia de un clásico retro o 'Blood Simple' no ha sido fácil os lo aseguro, pero finalmente ha pesado mas la fascinación que me ha transmitido la primera película de los Cohen. Fascinación porque 'Blood Simple' esta escrita y dirigida de manera magistral para ser una opera prima consiguiendo transformar totalmente y otorgándoles elecciones contradictorias a lo esperado a los personajes base del cine negro. La excelsa sencillez del guión, que no simpleza, es uno de los grandes puntos fuertes de 'Blood Simple', su sinopsis reza lo siguiente: Ray (John Getz) trabaja para Marty (Dan Hedaya) y a su vez es el amante de su mujer, Abby (Frances McDormand). Marty contrata un detective privado (M. Emmet Walsh) para que los asesine a ambos. Nada mas señores, un simple adulterio, este es el argumento base de la opera prima de los Cohen, con esto y cuatro personajes los directores norteamericanos hilan una historia de cine negro sumamente sencilla, muy física y...negra, valga la redundancia. Se puede preveer cuales serán las acciones de estos personajes leyendo la sinopsis pero jamas acertaríais a adivinar que elecciones tomaran llegado el momento, nadie controla el destino de los personajes, ni ellos mismos ni los propios espectadores, esta máxima de los Cohen se ha seguido repitiendo en todas y cada una de sus producciones, los espectadores convertidos en investigadores, el investigador convertido en asesino, el que encarga el asesinato...y las supuestas víctimas...Todo un desmembramiento de personajes básicos del cine negro de los 40 y 50 reconstruidos a medida que la trama avanza y destrozan el glamour que los protegía en aquellas décadas haciéndolos despreciables, lejanos, sucios. Y lo bueno de 'Blood Simple' no termina ahí, la película tiene sutíles pinceladas de humor negor y alcanza incluso hasta cotas de thriller de terror por momentos, esa pala arrastrándose por el asfalto con el plano a pie de suelo...el arduo y solitario entierro o el tramo final casi paranormal con la luz atravesando los agujeros de bala y el terror reflejado en la cara de Abby que evoca a la magnifica 'Les Diaboliques'. Los homenajes, guiños e influencias a Hitchcock son tan palpables como ese encendedor parecido al de 'Strangers on a train' que usa el detective Visser sin olvidar planos que remiten directamente a clásicos del maestro como 'Vertigo', 'Psicosis' o 'Turn Curtain'. 'Blood Simple' tiene tantas capas donde rascar y extraer algo bueno que no ha sido sino con el paso de los años donde la opera prima de los singulares hermanos Cohen ha ganado en robustez y presencia, una presencia oscura y enrarecida como la de la atmósfera que se respira en los 96 minutos que dura, siempre de noche y durante 6 días la visión amarga de un pueblo solitario de la Texas mas rural y profunda donde un adulterio y posterior asesinato romperán la tranquilidad de la noche. Mentiras, celos y personajes llevados al extremo bajo una madrugada fotografíada por Barry Sonnenfeld y aderezada esporádicamente con la música que sutilmente pone Carter Burwell donde la melodía traza seis notas inolvidables y reconocibles con el paso del tiempo, pocas bandas sonoras tan cortas tienen el don de perdurar con el paso de los años en la mente de sus espectadores como lo hace esta. Guión fabuloso, interpretes en estado de gracia, una historia anclada a único y gran escenario como ese pueblo nocturno y solitario de Texas, ese aire independiente que rezuma la cinta...como dije al inicio, 'Blood Simple' no es la película mas nostálgica para recomendar de la década de los 80 y prácticamente paso desapercibida por muchos aficionados, como el que suscribe estas palabras, en su momento así que, no creo que haya otro mejor momento para recomendar a todo el mundo cinefago su visionado y a los fans del cine negro, recomendarla encarecídamente ya que es una obra perfecta, con una historia simple para adentrarse al cine negro y al extraño mundo que llevan creando los Cohen desde hace mas de 30 años. Para terminar quiero cerrar la critica con unos datos técnicos como es el capitulo 20 de la revista Red Harvest escrito por Dashiell Hammett de donde los Cohen toman prestado el titulo, 'Blood Simple', y también 'Double Indemnity' en el 34 y 'The Postman Always Rings Twice' en el 36 que servirían de inspiración a la hora de dar forma al guión. Como muchos sabréis, ambos relatos fueron llevados al cine diez años mas tarde, primero fue Billy Wilder en el 44 con 'Double Indemnity' y posteriormente Tay Garnett en el 46 hizo lo propio con 'The Postman Always Rings Twice'. Un remake libre de la película de los Cohen se estreno en 2009 dirigido por el asiatico Zang Yimou titulado 'San qiang pai an jing qi (A Woman, A Gun And A Noodle Shop)'.
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