miércoles, 1 de junio de 2016

GREEN ROOM


Green Room - Jeremy Saulnier - Estados Unidos
8/10

Thriller violentamente real, intenso, sencillo y directo, de corte moderno y rodado con la eficacia y oficio necesarios como para convertirse en una película completa y satisfactoria a todas luces. Cuando 'Green Room' se proyectó por primera vez el año pasado durante el festival de Sitges, tanto publico como critica general casi la convierten en el 'underdog' del evento, al contrario que pasara con 'High-Rise' y en la misma linea que la si ganadora de ese 'undercover' award como fue ese western canibal llamado 'Bone Tomahawk'. No estaban lejos de tal afirmacion. Producida por Broad Green Pictures junto a Film Science y distribuida en España por La Aventura, la cinta de hora y media escrita y dirigida por Jeremy Saulnier es mas que un correcto o un simplemente pasable thriller de genero. Situada en la linea de films como 'Eden Lake' o 'Assault on Precint 13' (y hasta 'Frontieres') donde el ser humano es la presencia mas terrorífica de todas, se puede decir que 'Green Room' al igual que las anteriormente citadas, es superior a la mayoría de producciones ancladas tanto en el genero de terror como en el del thriller psicológico que se producen actualmente solo por la forma en que esta enfocada y escrita por su director. La premisa, tan básica como atrayente e inteligente a la vez, es la siguiente: Un banda amateur de punk rock alternativo llamada The Ain´t Rights se encuentra de gira. Tras conceder una entrevista para una emisora de radio, el locutor los envía a un bolo en un pueblo donde su primo, que convive en una residencia/local para un asociación pro supremacía blanca, decide contratarlos debido a la baja de una de las bandas. Allí, después de tocar sus canciones y cuando deciden marcharse se topan de lleno con un hecho impensable por el que serán retenidos contra su voluntad hasta que todo se aclare. Saulnier hace una presentación de personajes escueta y directa mediante un breve trayecto en furgoneta y una entrevista de radio en la que cada integrante de la banda revela su forma de ser individual y a su vez todos como un colectivo gracias a su rechazo sobre promocionarse digitalmente o rrss ya que lo que les apasiona de verdad es tocar en directo, sentir la energía que les produce la música y el calor del publico. En esta misma escena surge una pregunta que mas adelante en el film vuelve a repetirse con diferentes respuestas (Simon & Garfunkel, Madonna o Prince) la elección de que banda se llevarian a una isla desierta. En dicha escena surgen nombres como Minor Threat o Bad Brains, grupos muy conocidos por los seguidores de una música, el punk rock, que de alguna forma u otra podemos relacionar con temas violentos o como poco, asuntos de naturaleza violenta y/o rebelde. Esta introducción de personajes Saulnier nos deja claro el espíritu contra sistema (caracteristico del punk) de la banda siendo fieles a los orígenes o su fuerza y a lo que los mantiene unidos, la música. La violencia no hace presencia todavía pero mirando el cuadro desde fuera uno puede percibir esa atmósfera enrarecida previa a la tormenta. Otro de los grandes aciertos de 'Green Room' es la potencia que tiene una historia de la cual, aun sabiendo su supuesta previsible premisa inicial, la película conforma en lineas finales algo que va mucho mas allá de dos simples lineas de argumento, se siente completa, su visionado satisface y compensa cada minuto de metraje hasta cuando su director quita el pie del freno y deja que el film descienda hasta esos destellos de repentina y explicita violencia.


Erróneamente etiquetada en el gore, el tratamiento que aplica 'Green Room' a la violencia. y por ende a lo violento del envoltorio, no entra dentro lo que considerariamos 'violencia estética', en términos definitorios seria lo contrario al giallo mas visual para hacernos una idea, su violencia es mas bien es espontánea o inesperada, sucia, anarquica, sin florituras y precisa, donde toda ella tiene una razón de ser: el poder de su influencia en todos los personajes, tanto héroes como villanos. La muerte de un compañero o amigo afecta a los personajes de ambos bandos tanto o mas que el daño físico recibido, los hace mas creíbles ante los ojos del espectador y por consecuencia su dolor se siente mas autentico. Como ejemplo sirva la fragilidad emocional del personaje al que cortan la mano mostrando así la dureza de una violencia tangible y no festiva. El director norteamericano no se recrea en lo explicito pero tampoco aparta la cámara ante la sangre, vemos un charco de sangre espesa que empapa una moqueta amarillenta, una mano cortada hasta los tendones por la muñeca, un estomago abierto de par en par mediante un cutter y hasta una garganta desgarrada por las fauces de un perro; ningún fotograma esta libre de ser salpicado por un destello violento o sucio como esta el 90% del ambiente creado entre el bosque, la residencia y la habitación, los colores verdes oscuros que pueblan el antro contrastan con la expresividad tanto de unos como de otros ante las muertes de sus propios compañeros. Todo en 'Green Room' esta a un gran nivel y esta atmósfera oscurecida y raruna tan bien lograda por la fotografía de Sean Porter logra encapsular al espectador en ese recoveco perdido de la mano de Dios situado en la parte montañosa de Portland. En los papeles principales encontramos a una Imogen Poots como Amber caracterizada al estilo 'TIE' de Meadows que consigue robarle el protagonismo tanto al joven Pat (Anton Yelchin) como al profesor Xarles Xavier (Patrick Stewart), el líder de la comunidad que recuerda al que interpretó Stacy Keach en 'American History X', el hombre tras la sombra, la voz que les dice a los perros de presa que, como y cuando hacerlo. Ya comenté las buenas maneras de Poots en 'Need for Speed' hace un tiempo. Para terminar, el guión tiene momentos de agilidad brillantes donde los detalles que evitan las lagunas son cerrados con elegancia y pese a que aun así hay ciertas escenas que aceptan mas de una interpretación, este survival del gato y del ratón que propone Saulnier a modo de thriller violento es notable y gana enteros el debate que deja sobre la violencia y los grupos radicales neo nazis, un mal por desgracia aun muy presente en la sociedad norteamericana, donde te venden un arma antes que un pestillo para asegurar la puerta de tu casa. Altamente recomendable, no os la perdáis.

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