No se aceptan devoluciones - Eugenio Derbez - Mexico
3/10
Valentín, nuestro protagonista que vive plácidamente en Acapulco. Se trata de un hombre flacucho, soltero y un tanto mujeriego, ajeno al compromiso y al que el destino le tiene preparada la aventura de su vida. Julie, una de sus antiguas novias, aparece de repente un día en su puerta con una niña en brazos. Se trata de la hija de ambos, Maggie. La joven huye y Valentín se encuentra solo con una niña recién nacida a su cargo y sin saber que hacer.
Aconsejado por sus más allegados decide ir a buscarla a Los Ángeles donde es contratado como extra de cine. Los años irán pasando y veremos como Valentin madura, crece en lo personal y se acaba volcando en dos cosas: su trabajo y su hija Maggie, que obviamente se convierte en la ilusión, la esperanza y el motor de su vida. Hasta conseguirá durante siete años ocultarle la verdadera ausencia maternal mediante cartas inventadas, juegos y un mundo de fantasía creado únicamente para ella. Pero tras este tiempo la madre de la niña vuelve a escena con la intención de obtener la custodia de su hija. En ese momento Valentín se da cuenta de que está a punto de perder a su única familia y a su mejor amiga, su hija.
Eugenio Derbez, cómico mexicano de reconocida fama en su país por su larga trayectoria en programas y series de televisión, dirige e interpreta su salto al cine con 'No se aceptan devoluciones'. Derbez no deja de ser la versión 2.0 de Cantinflas, y los cinéfilos más aguerridos encontrarán múltiples paralelismos entre el papel y cualquiera de los que solía interpretar Mario Moreno. Pero Eugenio Derbez no es, ni será, Cantinflas por desgracia. Su actuación es un tanto histriónica en los momentos humorísticos y sobreactuada en los dramáticos haciendo poco creíbles sus sentimientos en las escenas emotivas con Maggie, quien sin duda alguna es lo mejor de la función. Loreto Peralta que así se llama la niña rubia de ojos azules como el Mar Egeo, debuta en el cine con mucha soltura y desparpajo ofreciendo también un registro dramático muy a tener en cuenta. Y si Loreto es la mejor, Jessica Lindsey es todo lo contrario. Parece que tiene prisa por decir las frases de Julie. Su boca habla tan deprisa que su cuerpo no la sigue y parece estar en tensión todo el tiempo, dotándole de una seriedad excesiva, y parece olvidar que el objetivo es dar vida a una madre que quiere recuperar a su hija. Los secundarios son bastantes pasables interpretados por viejas glorias mexicanas como Sammy Pérez o Agustin Bernal.
Es una película hecha con el corazón, un proyecto que lleva en la mente de Eugenio Derbez doce años. Eso se nota en que se lo ha tomado como algo muy personal porque a parte de interpretar y dirigir también forma parte de la producción mediante su compañía de toda la vida 'Fulano, Mengano y Asociados'. Pero la cosa no queda ahí al inmiscuirse en la elaboración del guión junto a Guillermo Ríos ('Fuera del Cielo') y la también debutante, Leticia López Margalli, co-creadora y escritora de la galardonada serie del canal HBO 'Capadocia'. Llama la atención como tanto guionista para acabar construyendo un guión que es tan predecible y lleno de estereotipos, como los problemas con el idioma de Valentín, y a veces con situaciones carentes de la menor lógica, como el regreso de Judeisy, la escena de la montaña rusa o la del aeropuerto. A todo este combinado le debemos sumar el forzado intento por buscar la lágrima fácil, sirva como ejemplo la almibarada forma de hablar a su hija.
Carlo Siliotto nominado al Globo de oro en 2007 por la kazaja 'Nomad: The Warrior' es el encargado de la música de la película con resultados demasiado acaramelados, melodías un tanto infantiles y empalagosas que en nada ayudan a esas risas o lágrimas que producen los protagonistas. Martín Boege y Andrés León Becker se encargan de infantilizar en exceso la fotografía al llenar todos los planos de colores muy saturados, a veces demasiados, como por ejemplo ese amarillo chillón mientras vemos a Valentin de pequeño. Este pequeño detalle sumado a la música demasiado ilusionante de Siliotto puede sacar al espectador de el desarrollo de la trama o que no acaben de funcionar como deberían algunas escenas dramáticas o incluso las cómicas.
Éxitos y comparaciones
Como reza el cartel, y a nadie se le escapa a estas alturas que el filme aterriza en nuestro país precedido de un tremendo éxito de taquilla en los países de América Latina. Los motivos pueden deberse a que esta cinta mexicana es un vehículo perfecto para el aclamado y conocido cómico, que se convierte en el perfecto gancho. Apoyado por un libreto totalmente enrocado con el gusto por la telenovela. Y si le sumamos el fenómeno boca a boca, la convierten en todo un fenómeno de masas. Pero, de ahí, a que vaya a romper el record de '8 apellidos vascos' consideramos que hay una gran distancia.
Tampoco podemos negar la mayor, y es que 'No se aceptan devoluciones' es un producto de factura aceptable y resultón, aunque falle en algunos aspectos técnicos entendibles por ser una ópera prima.
El principal handicap es que posee un par de giros bastante extraños, sobre todo el último. Puede que marque una diferencia y le dote de cierta originalidad si lo comparamos con la gran caterba de largometrajes y telefilmes sobre el tema. Pero, nos ha resultado un tanto improvisado. Llegados a este punto queremos hacer una advertencia el filme se vende como una comedia familiar para todos los públicos, pero el final puede ser un poco duro y poco digestivo para según qué pequeños. Es un cierre que si bien puede sacar bastantes lágrimas al público común, suena un poco a no saber cómo concluirlo porque se extiende innecesariamente hasta las dos horas de metraje. Repitiendo una y otra vez gags que no aportan nada a la trama, a saber: el casero reclamando la cuota mensual o los 10 dólares para el taxi.
Las comparaciones son odiosas, pero inevitables. El espectador mientras la visiona no dejará de pensar en 'Un papá genial' (Adam Sandler, 1999), cuyos paralelismos son más que evidentes por mucho que este proyecto llevara 12 años en la cabeza de Derbez, una cosa no quita la otra. Pero, comparar 'No se aceptan devoluciones' con 'La vida es bella' de Benigni como se ha llegado a decir, resulta excesivo. La única similitud es que tanto Derbez como Benigni crean para sus retoños un universo particular donde refugiarse, pero la calidad del ambos dista años luz. El mundo creado por Guido es más complejo, auténtico y verosímil. En cambio el de Valentin queda vacío y carente de apoyos externos que lo fortalezcan y sustenten. El éxito de esta producción mejicana ha generado casi exactamente el mismo debate que ha desatado en España los cacareados '8 apellidos vascos', nos referimos obviamente a qué tipo de producciones son las que realmente llevan a la gente a las salas: las puramente comerciales, entretenimiento o las de autor. En ninguno de los dos casos está considerada como la mejor película realizada en su país, pero ambas son comedias (más la española) y se han convertido en la producción más taquilleras de la historia en sus respectivos países de origen. La cinta de Derbez además esta nominada por el público para los 'People´s Choice Awards' de 2014 y es la película latina más taquillera de la historia en Estados Unidos donde se estrenó antes que en México. Ni que decir tiene que la comunidad hispana en EEUU cada día es más numerosa. Sólo nos falta decir una cosa, el 30 de abril podréis juzgar vosotros porque el filme llegará a las salas españolas.