Antes que Nosferatu, Dracula o Frankenstein existió Cesare. 'Das Kabinett des Dr. Caligari' abre el telón mostrándonos a un preocupado Francis (Feher) conversando con un amigo al que relata unos hechos que vivió no hace mucho. A modo de flashback durante todo el metraje practicamente Francis nos cuenta la llegada de una feria ambulante a Holstenwall, un pequeño pueblo al noroeste de Alemania. Uno de los feriantes, el extravagante doctor Caligari (Werner Krauss), presenta a su máxima estrella, Cesare (Conrad Veidt), un sonámbulo que lleva 25 años en hipnosis y es capaz de predecir el futuro. Extrañas y misteriosas muertes se sucederán en los días siguientes a la llegada de la feria. La obra cumbre del expresionismo cinematográfico la dirigió el checo Robert Wiene en 1920, dos años antes que 'Nosferatu' de F.W. Murnau. En principio, iba a ser otro gran director como Fritz Lang el encargado de dirigir el film pero este se encontraba rodando la segunda parte de 'Die Spinnen'. El guión corre a cargo del también checo Hans Janowitz ('The Janus Head', 'Marizza, genannt die Schmuggler-Madonna') y el austriaco Carl Mayer ('Der Letzte Mann', 'Sunrise') basándose en historias personales de ambos. Os aconsejo que indaguéis, sobretodo en el aporte de la historia personal de Janowitwz al guión. El mítico nombre del doctor viene dado por un libro escrito por Stendhal, 'Cartas desconocidas', donde el escritor relata un encuentro que tuvo con un oficial en la Scala de Milán llamado Caligari. El pintor e ilustrador Alfred Kubin iba a ser el diseñador de los decorados por petición de Janowitz, el guionista, pero fueron los pintores expresionistas Walter Reinmann, Walter Röhrig y Hermann Warm
quienes crearon finalmente esos fondos pintados en telas llenos de
formas geométricas, esas calles retorcidas, sillas enormes en diminutos
espacios, ventanas con marcos puntiagudos y un sinfín de ambientes
totalmente opresivos y oscuros que la fotografía e iluminación de Willy Hameister ('Hintertreppe ', 'Genuine') supo plasmar a la perfección en cada escena y cada plano de la película. En cuanto a su banda sonora, fue creada por Giuseppe Becce ('Der Letzte Mann', 'Das blaue Licht'),
pero no existe ninguna versión con la partitura original del compositor
italiano ya que esta está totalmente perdida. En las futuras
restauraciones que la obra de Robert Wiene sufrió el acompañamiento musical fue totalmente reescrito usando algunos trazos de otras composiciones de Becce para el cine mudo por autores como Lothar Prox en 1985, Richard Marriott en 1987, Rainer Viertelboeck en 1993, Timothy Brock en 1996 (aquí además se añadieron filtros de color dependiendo de la localización de la escena) y la ultima en 2014 por el neoyorquino John Zorn
durante el Festival de Berlin. También pululan por cierta red social de
vídeos una decena de versiones con imaginativas bandas sonoras, algunas
muy logradas e incluso existe una en la que canta David Bowie.
Una gran película de poco mas de una hora llena de detalles a los que prestar atención, varios símiles políticos e ideologicos puede salir de ella después de verla. Han pasado mas de 90 años y sigue siendo un claro referente del cine de terror donde además de teorías políticas o posicionamientos ideólogicos se disfruta del expresionismo alemán mas exaltado y por si esto no fuera suficiente contiene una narrativa brillante y caótica en los pocos textos que se nos muestran capaz de hacer que el espectador no solo que no se pierda en sus escasos diálogos sino que termine sorprendido con ese giro final, esa vuelta de tuerca que ha servido de inspiración a tantos y tantos directores. La unión de tantos buenos artistas trabajando a la vez crea una atmósfera y ambientación únicas, incluidos los actores con sus portentosos maquillajes y exageradas interpretaciones, rodeados de formas cubistas, gótica y altisimas puertas oblicuas que comprimen todos los recovecos de la puesta en escena donde nada se escapo al ojo de su director que supo captar siempre la atención del espectador hacia donde quiso. El uso del iris junto a esos fundidos a negro trasladan de manera impresionante a saborear esa angustia, ese miedo tan inquietante que por ejemplo infunde la escena en que Cesare abre los ojos, ese instante que parece no tener fin o la fuga del mismo por las callejuelas estrechas de Holstenwall tras el intento de rapto de Jane (Lil Dagover). Gran obra que influyo en otros magníficos directores como Hitchcock, David Lynch o Tim Burton, sobretodo en este ultimo, 'Edward Scissorhands' con Depp idéntico a Cesare, los decorados geométricos de 'Bettlejuice' o el Penguin que intepretó DeVito en 'Batman Returns'. Al igual que al 'Nosferatu' de Murnau, a 'Das Kabinett des Dr. Caligari' se la puede considerar También o mas que a esta, un documento histórico filmado por un director adelantado a su época capaz de añadir un extenso flashback y un giro final a su obra en busca de la sorpresa del espectador y a su vez llenar de mensajes entre lineas toda su obra. Algo que esta muy valorado a día de hoy y que Robert Wiene hizo hace casi 100 años. El cine sigue en pañales.
6 - ¿Quién puede matar a un niño? - Narciso Ibáñez Serrador - España
8/10
8/10
Posiblemente y limando algunos pequeños errores esta sea la mejor película española de terror que se haya realizado. 'El juego de los niños' fue una novela que Juan José Plans publicó en 1976 y que el eterno Chicho Ibañez Serrador adaptó para el cine ese mismo año. En pleno verano, un matrimonio de turistas extranjeros (no se deja claro su nacionalidad, aunque tienen una pinta de ingleses que tira para atrás) deciden pasar unos días a modo de luna de miel en la costa levantina, en Benavis. Su búsqueda de paz y tranquilidad los llevara a conocer la existencia de una pequeña isla a unos kilómetros de la costa, Almanzora. Una vez allí Tom (Lewis Fiander) y Evelyn (Prunella Ransome) comprobarán que la pequeña isla esconde un gran secreto. '¿Quién puede matar a un niño?' fue el titulo que finalmente Chicho le adjudicó creando así la duda en el espectador sin ni siquiera haber visto el film. ¿Seríamos capaces de matar a un niño? Este es el primer golpe que el realizador español daba con su película, el segundo sería el prólogo de la misma. Usando imágenes de archivo observamos el trato que se ha dado a los niños a lo largo de la historia, especialmente en aquellos que habitaban en zonas de guerra. Al igual que cuando un matrimonio con hijos se separa o divorcia, los niños son los que mayormente suelen pagar los platos rotos como se comenta en el film. En las guerras también hay dos bandos, incluso más, como sucede en los matrimonios, y los niños, tanto en la guerra, como en la separaciones conyugales y en general en la vida, siempre son los grandes damnificados. El uso de niños en películas de terror casi siempre ha llevado a estas al éxito, 'The Innocents', 'Village of the damned', 'The Omen', 'Poltergeist'. En '¿Quién puede matar a un niño?' Ibañez Serrador no esconde nada en la oscuridad, ni tras una cortina, el terror infantil inducido por esa masa de críos que pueblan Almanzora se muestra bajo el sol mas abrasador y sus blanquecinas casas veraniegas. La ambientación es magnífica: no todas las producciones de terror han de
ser oscuras, góticas o infestadas de sangre. Para infundir miedo en el
publico también puede crearse un clima malsano o viciado, con el
silencio de una isla y de unos niños que tan sólo te miran y sonríen en
silencio, un puñado de infantes que parecen versiones diabólicas de Tito
y Piraña, con sus pantalones cortos ceñidos de época, sus sombras
reflejadas en las paredes de las casas de cal donde el sol acelera cada
decisión que se toma debido a la angustia y la incredulidad ante las
reacciones de los pequeños. Chicho creó un mundo aterrador a
plena luz del día, sin posesiones, sin visiones, sin zombies, sin
Draculas ni sucedáneos, sin casi ninguno de los estereotipos más usados
para provocar terror, y eso amigos, es algo que a día de hoy es casi
imposible encontrar. A destacar y mucho la banda sonora del compositor
habitual de Chicho, Waldo de los Rios, un argentino
afincado en España que impulsa todos los momentos de clímax propuestos
por el director español a lo largo de las casi dos horas de duración. El
tema principal basado en una canción de cuna y sus variaciones durante
la película forman un conjunto de sinfonías perfecto. Un estupendo
thriller de terror al que perdonándole algunos fallos de guión y al que
limando un poco las decisiones de sus personajes conforme se acerca el
final se le podría considerar el mejor thriller psicológico que ha
parido este país en toda su historia.
5 - Les Yeux Sans Visage - Georges Franju - Francia
8/10
8/10
Hammer fue la principal productora de cine de terror británico durante los años 50 llevando a los monstruos clásicos a la gran pantalla. Precisamente debido a ese gran éxito llegaron films como 'The Innocents' en un intento por desmarcarse del terror clásico hacia el psicológico contando para ello con un gran presupuesto. El cine de terror moderno no llegó a Francia hasta que el productor Jules Borkon decidió aventurarse en dicho mercado otorgando al director Georges Franju , la realización de 'Les Yeux Sans Visage'. Criado en el cine mudo junto a George Melies, Franju aceptó no sin ser antes advertido por Borkon en cuanto a la censura reinante en Europa, debía haber poca sangre, ningún animal podía sufrir daños y tampoco podía existir la figura del científico enajenado. Franju para semejante tarea se alió con los escritores Pierre Boileau y Thomas Narcejac, novelistas con trabajos que ya habían sido adaptados al cine con grandisimo éxito como 'Les Diaboliques' en 1955 de Clouzot y 'Vertigo' en 1958 de Hitchcock. 'Les Yeux Sans Visage' es una adaptación de la novela popular escrita por Jean Redon, seudónimo de Frédéric Dard, para una serie de publicaciones de la editorial Fleuve Noir en marzo de 1959, concretamente la número 56 de la colección 'Angoisse'. Definitivamente, 1960 es uno de los años mas prolíficos para el thriller donde se llegaron a estrenar junto a esta maravillosa 'Les Yeux Sans Visage' otras obras de culto como la americana 'Psicosis' de Hitchcock y la británica 'Peeping Tom' de Michael Powell. Gran año para el cine. 88 minutos para contarnos la historia del doctor Génessier (Pierre Brasseur),
un cirujano parisino de mediana edad, serio y profesional que trabaja
en una distinguida clínica de la capital francesa. Mientras, su fría y
manipuladora ayudante Louise (Alida Valli), se dedica a raptar chicas con aspecto similar a Christiane (Edith Scob),
la hija del doctor, que vive recluida en la habitación mas alta de la
mansión, Christiane tiene el rostro cubierto por una mascara debido a un
accidente de trafico que le desfiguró la cara por completo y del que
acusa directamente a su padre, quién no sólo acepta la culpa sino que
intenta redimirse tratando de devolverle un aspecto normal. A ratos
bellamente pausada, a ratos bellamente explícita y todo sin perder un
ápice de interés. Un terror generado a fuego lento y con pocos
personajes donde se sugiere mas que se nos cuenta. Algunos planos y
escenas son puro lirismo, puro arte, sobretodo en las que aparece
Christianne, al inicio en la cama de espaldas mientras conversa con su
padre al que odia por dejarla en ese estado y también por los métodos
que usa para intentar curarla o cuando vaga por la mansión tras esa
máscara tan inexpresiva. Edith Scob era una novata por aquel
entonces pero supo aprovechar al máximo las únicas dos ventanas por las
que podía transmitir al publico los deseos y sensaciones de Christiane. Pierre Brasseur
como el doctor Génessier ofrece un registro que invita a empatizar con
su personaje hasta lo mas profundo. Su semblante serio y su voz grave y
directa así como el trato con todos los otros personajes que nada saben
sobre lo que ocurre (el padre de la primera chica, los miembros del hospital, el niño enfermo)
nos confirma que no estamos ante un doctor desquiciado y psicótico, no
es un psicópata y mucho menos alguien que mata por placer. Su único
propósito es curar a su hija para así poder seguir viviendo sin ese
sentimiento de culpa que lo tiente totalmente frustrado y capaz de
concentrarse en nada más.
Una fábula paterno-familiar con alto contenido dramático y algunos momentos realmente escabrosos como la escena de la operación donde no sólo se nos detalla minuciosamente la misma sino que todo lo relacionado a esta y a sus resultados son tratados casi como un documental al uso. La operación es la pedrada en el coche del espectador un jueves por la noche de camino a casa. Ese momento en que uno abre los ojos para no perder detalle de lo que esta ocurriendo. Hay tanto en 88 minutos que desde luego su disfrute aumenta con cada visionado. La idea de poner el quirófano clandestino pasando la habitación que custodian las diferentes jaulas de perros con las que el doctor practica es brillante así como la de acompañar a Louise en sus batidas de caras con la música del veterano y triplemente oscarizado Maurice Jarre, un genio de las bandas sonoras como demuestran sus trabajos en películas tan conocidas como 'Lawrence de Arabia', 'The Longest Day', 'Jacob's Ladder', 'Top Secret', 'Ghost', 'A Passage to India', 'Doctor Zhivago' o 'The professionals'. Y al mando de la fotografía, otro monstruo, Eugen Schüfftan. Schüfftan inició su carrera con Fritz Lang, casi nada, y fue un habitual de directores como Robert Siodmak y Marcel Carné. Además, inventó una técnica con la que mediante espejos era capaz de miniaturizar cualquier personaje dentro de una película (usada en 'Metropolis' en 1927). 'Les Yeux Sans Visage' es toda una película de culto de la que han bebido muchas producciones. En 1961 fue la italiana 'Atom Age Vampire', en 1962 la española 'Gritos en la noche', en 1968 'Corruption' y en 1988 'Faceless' incluso si solo nos ceñimos al hecho de transplante de caras tenemos en 1997 'Face off' y 'Abre los ojos', sin olvidarnos claro, del referente más actual, la brillante producción de Pedro Almodóvar, 'La piel que habito' con una superlativa banda sonora de Alberto Iglesias.
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