Tengoku to Jigoku (High & Low) - Akira Kurosawa - Japon
9/10
'Tengoku to Jigoku', más conocida por 'High and Low' o 'El infierno del odio' como se tradujo aquí en España, es una película de 1963 dirigida por el japonés Akira Kurosawa. El brillante director asiático se encontraba casi al final de su carrera con un Óscar ya bajo el brazo por 'Rashomon' y más de 20 títulos a sus espaldas entre los que destacan 'Yojimbo', 'Los siete samurais', 'Trono de sangre' o 'El idiota'. Estas dos ultimas junto a 'Barbarroja', 'Dersu Uzala' y la cinta que nos ocupa hoy, 'El infierno del odio', son las cinco adaptaciones de novelas que Kurosawa dirigió en toda su carrera de un total de 32 películas. Poco más de 50 años tenia el realizador japones cuando adaptó este thriller policial -también participó en el guión- basado en la novela escrita por Ed McBain (seudónimo de Salvatore Lombino) en 1959, 'King´s Ransom' ('El secuestro del rey'). La fotografía en un perfecto blanco y negro corre a cargo de Asakazu Nakai ('Throne of blood', 'Dersu Uzala', 'Ran') junto a Takao Saito y la banda sonora es obra de Masaru Sato ('Yojimbo', 'Sanjuro'). Un importante directivo perteneciente a una empresa de zapatos, Kingo Gondo (Toshiro Mifune)
celebra en su casa una reunión con algunos de sus compañeros para
debatir el futuro de la empresa ya que dispone de la mayor parte de
acciones de la misma. Al término de esta, recibe una llamada donde le
dicen que su hijo ha sido secuestrado exigiéndole un rescate millonario.
Las dudas llegan a la mente de Gondo, pues necesita ese mismo dinero
para poder hacerse con el control de una empresa en la que ha invertido
toda su vida.
Después de producirse el intercambio entre secuestrador y Gondo en la única escena que la acción se traslada fuera de los muros de su hogar a otro lugar cerrado como es un tren, Kurosawa funde a negro. El plano siguiente es la propia casa del empresario vista de fuera. Ya estamos fuera. Es hora de buscar al asesino. Durante este tramo hay escasas escenas dentro de la casa. La acción pasa a las calles, a la búsqueda del secuestrador exprimiendo para ello todas las posibilidades que van ofreciendo las pistas encontradas. Puedo asegurar y aseguro que hay pocas por no decir ninguna película que muestre tan detalladamente la búsqueda de un criminal de esa manera. Más de 20 personas en parejas de a dos cada una de ellas encargada de un detalle, sacándole jugo a todas las pistas. Increíble la escena en que todos entregan el reporte de lo averiguado. No parece que el ritmo vaya a decaer pero lo hace hasta el punto de no haber un clímax suficientemente bien creado en la captura del secuestrador. Kurosawa alarga innecesariamente escenas que de ser más cortas (discoteca o la propia captura final) podrían haber aligerado la carga del film y hacerlo mas dinámico. Aun con todo eso el arranque del segundo acto es fabuloso y hay escenas muy logradas como la del doble seguimiento en coche con el niño, la de la comisaria con la presentación de los reportes, el famoso humo rosa (efecto imitado años mas tarde por Spielberg en 'The Schindler's List') o el propio final con ese impresionante cara a cara entre padre y secuestrador mientras se reflejan sus rostros en el cristal. Excelente thriller policíaco con un alto nivel de detalle en todos sus aspectos, desde personajes hasta planos con segundas lecturas. Una critica lejana a la desestabilización social y de clases provocada por la enorme recuperación económica tras su participación en la 2a Guerra Mundial. Claramente va de menos a más y el clímax de la captura se deja para el final con el cara a cara. Una conversación breve que muestra a un secuestrador poseído por un odio y una envidia capaces de llevar a cualquier ser humano a cometer actos desesperados. Gondo queda estupefacto siendo consciente de los sentimientos del criminal pero sin poder articular palabra ni pensamiento que lo haga comprender totalmente que hizo mal para provocar tanto odio y envidia en él.
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