Turbo Kid
François Simard, Anouk Whissell, Yoann-Karl Whissell - Canadá
7.5/10
Dirigida por François Simard, Anouk Whissell Y Yoann-Karl Whissell, 'Turbo Kid' nos sitúa en un futuro alternativo en 1997 (post apocalíptico rollo 'Mad Max') donde tras las lluvias ácidas y la guerra contra las maquinas el agua se ha convertido en el bien mas preciado y solo sobreviven los mas fuertes...o los mas listos. Kid (Munro Chambers), es un chico joven criado así mismo que sobrevive como puede en este futuro tan árido y singular creado por Sylvain Lemaitre y Eric Poirier. En su camino se cruzaran una serie de personajes variopintos entre los que esta el alma de la película, Apple (Laurence Leboeuf). Gracias a ella 'Turbo Kid' no solo gana en interés y en frescura sino que practicamente es la estrella del filme y suyas son casi todas las mejores escenas de la película. A Kid y Apple se les unirá Frederic (Aaron Jeffery), un vaquero rudo e indestructible que busca vengar la muerte de su hermano a manos de Zeus (Michael Ironside) y su banda. Continuos guiños y homenajes a la cultura de los años 80 y 90, sus videojuegos, sus comics, en los diálogos (algunos de ellos con frases lapidarias que encajan perfectamente), vestuario, diseño de producción, en este sentido 'Turbo Kid', es única en su especie, un producto casi incatalogable bajo cualquier genero, lleno de acción, sangre, humor y convertido en filme de culto desde su estreno. Ya solo la canción del inicio acompañando a Kid en su BMX mientras este hace una pirueta es la prueba mas clara de lo que es 'Turbo Kid', toda una declaración de intenciones respecto a los 93 minutos restantes. La canción es Thunder in your Heart de John Farnham. La banda sonora de Jean-Philippe Bernier, Jean-Nicolas Leupi y Le Matos es simplemente espectacular, con sintetizadores a tope y unos efectos de sonido muy logrados, temas dignos de oír una y otra vez perfectamente engarzados con la acción salvaje de la película y sin los que esta no dejaría el mismo poso al final.
A pesar de lo inconsistente de su historia en el arranque y de que no asienta bien las bases de su guión ni se molesta en dar muchas explicaciones, sus directores se encargan de filmar tantas escenas memorables atacando esa memoria nostálgica que es imposible no terminar rindiéndose al encanto de 'Turbo Kid' (y de Apple). Un cubo de Rubik, los guantes de Nintendo, los videojuegos 'Kid Chamaleon', 'Megaman' o 'Metroid', películas como 'BMX Bandits (Los Bicivoladores)' o 'RAD', donde también aparece la canción del inicio de la película, un bolígrafo 'porno', una infinidad de detalles por escena innumerables que tiene la película dotados de un extraño poder para transportarnos al pasado de una manera brutal y que además funcionan genialmente en contrapunto con esa violencia sangrienta que pobla el filme. Y con sangrientas me refiero a cuerpos que explotan, amputaciones, decapitaciones, ojos que saltan, destripamientos, etc...el divertimento sangriento deja un buen numero de muertos a lo largo de toda la película y especialmente en el acto final donde además 'Turbo Kid' es capaz de reírse de si misma montando una torre de cadáveres en movimiento. Simplemente maravillosa. Guiños, sangre y humor, porque si algo tiene esta producción canadiense es humor, mostrado en mayor medida por Apple (ojo al gnomobate) pero sin olvidar las múltiples escenas como esa donde las bicicletas sustiyen a caballos, coches o motos y el resultado es jocoso cuanto menos o las frases lapidarias de Frederic. Sin duda 'Turbo Kid' consigue lo que no consiguió en su momento 'Super 8', ser una digna compañera del clásico del cine ochentero juvenil, 'The Goonies'.
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