domingo, 20 de marzo de 2016

MIRACLE MILE


Miracle Mile - Steve De Jarnatt - Estados Unidos
8.5/10

El holocausto nuclear se ha retratado en decenas de películas, con mejor o peor suerte, desde la mítica 'Dr. Strangelove, or How I Learned to Stop Worrying and Love the Bomb', pasando por la entrañable 'When the Wind Blows', hasta la trágica 'Kuroi ame (Black Rain)', pero pocas películas lo han retratado con tanta magia y sensibilidad como 'Miracle Mile' de Steve De Jarnatt, sin duda uno de los títulos menos conocidos de temática postapocalíptica que hayan llegado nunca a nuestro país. Esta película de 1988, que fue presentada en el marco del Festival de Sitges en 1989, donde consiguió llevarse el premio a los mejores efectos especiales, tiene ese encanto ochentero peculiar que se estaba extinguiendo con un cine que fue dejando de lado la ambientación y la magia, hacia otro más artificial y elaborado. La cinta nos cuenta la historia de Harry, un hombre tímido que contesta una llamada equivocada en una cabina pública a altas horas de la madrugada. Su interlocutor le confunde con su padre y le cuenta que están a punto de ser exterminados: Se acaba de producir un intercambio nuclear entre las dos superpotencias (URSS y USA) y quedan 70 minutos antes que la ciudad de los ángeles sea arrasada por varias bombas atómicas. Después de esta noticia Harry buscará desesperadamente a su chica para intentar huir de la ciudad.



Protagonizada por el carismático Anthony Edwards, conocido sobre todo por su papel en la serie 'ER', por la que llegó a ganar un Globo de oro, y  Mare Winningham, actriz que optaría a los Independent Spirit Awards en la categoría de actriz secundaria por esta misma película, encarnan a una pareja algo arquetípica, sin nada que ver en un principio, tanto en apariencia como en mentalidad, pero que gracias a un flechazo repentino surge el amor y de buenas a primeras se vuelven inseparables. Es curioso que se eligiera a estos dos intérpretes para la pareja protagonista, porque en un principio podría parecer un gran error de casting, de hecho al comienzo de la película choca un poco esta pareja, pero conforme van pasando los minutos la vas entendiendo y encariñándote con ellos. También hay que destacar el buen hacer tanto de Edwards como de Winningham, logrando crear una gran química que traspasa la pantalla. Por otro lado se podría incluir perfectamente el género de romance a esta película, ya que son muchas las escenas en las que la pareja protagonista muestra su amor y aparecen juntos. Es admirable el contraste de la cinta, en ocasiones es melodramática, luego opta por la ciencia ficción, el thriller..., pero aunque parezca increible todo funciona de maravilla. Se trata de una película de corte independiente, por lo que de efectos va más bien justita, pero ni falta que hacen efectos ni artificios innecesarios, con un pulso estupendo Jarnatt dirige de forma ágil y entretenida, y nos sumerge en esa huida frenética de los protagonistas, gracias sobretodo a un montaje que prácticamente parece que vivamos todos los acontecimientos a tiempo real. La sensación de angustia y desesperación es palpable durante todo el metraje, de huida hacia ninguna parte, tanto que escenas como la del atasco y posterior huida por las alcantarillas, o el lanzamiento de las bombas atómicas, consiguen alzarse y estár a la altura de lo mejor del género. 


Si algo distingue a esta película de otras del mismo género, es su ambientación tan mágica y entrañable, ya que más allá de una estética ochentera, desde la puesta en escena hasta el vestuario y peinado del elenco, pasando por la banda sonora a cargo de Tangerine Dream (sintetizadores a full), lo que de verdad enamora de esta película es que te parecerá estar viendo un capítulo de 'Amazing Stories' o 'The Twilight Zone', de hecho es sabido que el guión llegó a pasar por manos de gente muy importante, llegando incluso a pensarse en su argumento para que fuera la historia central de otra película mítica de los ochenta, la adaptación a la pantalla grande de 'The Twilight Zone'. Desde luego no es una película perfecta, hay escenas que se resuelven sin ninguna explicación, personajes que van y vienen y reaccionan sin sentido alguno... llevándose el premio gordo esa pareja de culturistas adictos al gym, que ayudan a la pareja a escapar a bordo de un helicóptero, escena bizarra e hilarante donde las haya. Al margen de sus errores, es evidente su poder de entretenimiento, rara vez se pierde el interés de la trama, ya que continuamente van apareciendo personajes y dando información para que la historia fluya sin problemas. Es apasionante el poder seguir a esta pareja por las oscuras calles de Los Ángeles, con nuestro protagonista cargando a su somnoliente chica en un carrito de la compra, mientras recorren calles desiertas y abarrotadas a su vez. Oscura, sobrecogedora, valiente, trepidante, entrañable... y sobre todo consecuente consigo misma, como así lo demuestra su precioso final. Película de culto a reivindicar urgentemente, que si sabes perdonarle sus pequeños fallos, te atrapará como pocas.

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