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Danni (Danni Smith) tras abandonar su trabajo como enfermera, pasa sus días intentando salvar a las ballenas, como voluntaria en una ONG. En su búsqueda de una nueva vivienda va a parar a un pequeño apartamento en Nueva York. Pequeño pero coqueto, solo tiene una particularidad, cada vez que cuelga unas cortinas de baño, estas desaparecen. Tras varios intentos decorativos, decide dejar el móvil grabando para ver que sucede con las dichosas cortinas. ¡Sorpresa, sorpresa! Las cortinas desaparecen a través de un portal que se abre en la pared del baño. A partir de este momento Danni y su compañero de ONG ,Tim (Tim Lueke), intentarán desentrañar el misterio de donde van a parar las dichosas cortinas una vez que son absorbidas. Así conoceremos tanto la existencia de otros portales, como la de los guardianes encargados de protegerlos/vigilarlos. En apenas hora y cuarto, Jaron Henrie-McCrea (director y co-guionista) nos presenta esta interesante historia de viajes interdimensionales. Película, pequeña en presupuesto pero sobrada de ideas, donde encontraremos cierto regusto a esa ciencia ficción televisiva que hace años plagaba nuestras pequeñas pantallas (The Outer Limits, The Twilight Zone…).
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